ANÁLISIS-Los bancos centrales ignorarán sin problemas a los agoreros de la inflación

Por Balazs Koranyi, Howard Schneider y Leika Kihara

FRANCFÓRT, 1 mar (Reuters) - Los mayores bancos centrales del mundo vivirán tranquilos con una mayor inflación y los inversores que ahora apuestan agresivamente por un fin más rápido del estímulo monetario podrían equivocarse.

Tras una década de subestimar la inflación, los bancos centrales de Estados Unidos, Europa y Japón tienen todas las razones para mantener abierto el flujo de dinero y los gobernadores están incluso revisando sus propias reglas para poder dejar que el crecimiento de los precios supere sus objetivos.

En todo caso, es más probable que los bancos centrales aumenten el estímulo, especialmente en la zona euro, manteniendo los costos de los préstamos bajos e ignorando a los agoreros de la inflación, al menos hasta que el crecimiento vuelva a ser como antes de la pandemia por un buen tiempo.

El Banco de la Reserva de Australia ya ha puesto en marcha una operación sorpresa de compra de bonos, mientras que el Banco Central Europeo ha advertido repetidamente a los inversores que no suban demasiado los rendimientos, a menos que quieran luchar contra su arsenal de 1 billón de euros.

El argumento que subyace a la advertencia sobre la inflación es que, una vez que las economías se reabran, el estímulo masivo de los gobiernos se combinará con la demanda reprimida de los consumidores, desatando una presión sobre los precios impulsada por el gasto que no se había visto en décadas.

Aunque hay importantes economistas en ambos bandos del debate, las voces que realmente cuentan parecen restar importancia a la amenaza.

"La dinámica de la inflación cambia con el tiempo, pero no cambia en un instante", dijo el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. "No vemos realmente cómo un estallido de apoyo fiscal o de gasto [...] que no dure muchos años cambiaría realmente esas dinámicas de inflación".

Incluso si la inflación se acelera, un gran "si" dado que todos los grandes bancos centrales están por debajo de su objetivo del 2%, endurecer la política monetaria demasiado rápido se considera un mal mayor que moverse demasiado lento.

En primer lugar, gran parte del aumento de la inflación es temporal, impulsado por el repunte del petróleo, las medidas de estímulo puntuales y el efecto base del hundimiento de los precios de hace un año. Por tanto, no es el tipo de inflación sostenida que buscan los responsables económicos.

El endurecimiento de la política también podría ahogar el crecimiento, un error costoso cuando decenas de millones de personas siguen sin trabajo tras la mayor crisis económica en tiempos de paz en un siglo. En el peor de los casos, el aumento de los costos de los préstamos podría incluso suscitar problemas de sostenibilidad de la deuda, especialmente en el sur de Europa, muy endeudado, y en los mercados emergentes.

Por último, tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo endurecieron su política demasiado rápido en la última década, lo que les obligó a dar un giro que dañaría su credibilidad y que ahora quieren evitar.

EMPLEO

El mensaje de la Reserva Federal ha sido uniforme y enfático: sus compras de bonos por valor de 120.000 millones de dólares mensuales no cambiarán hasta que la economía se haya recuperado, y cualquier aumento real de las tasas de interés está aún lejos.

El Banco de Japón y el BCE están enviando mensajes similares: no habrá una reversión del estímulo durante mucho tiempo, posiblemente en años.

Su principal preocupación es el empleo.

Todavía hay un agujero de 10 millones de puestos de trabajo en la economía estadounidense, mientras que la tasa de desempleo de la zona euro se mantiene artificialmente baja gracias a los subsidios de los gobiernos, lo que apunta a una enorme capacidad ociosa.

La Reserva Federal ya está poniendo un mayor énfasis en la creación de empleo, sobre todo para las familias de bajos ingresos, y se comprometió explícitamente el año pasado a dejar que la inflación supere su objetivo tras períodos de crecimiento de precios excesivamente bajos.

Si bien el BCE y el Banco de Japón no tienen mandatos en materia de empleo, las revisiones del marco de política monetaria que se están llevando a cabo podrían hacer más hincapié en las consideraciones sociales, especialmente en el empleo.

El BCE ya está debatiendo la conveniencia de dejar que la inflación se dispare, lo que indica que el recalentamiento del mercado laboral no desencadenará por sí solo medidas de política monetaria.

"Los mercados laborales tienden a ir seis meses por detrás de la actividad real, y es posible que veamos una oleada de fusiones, quiebras y despidos", dijo Tamara Basic Vasiljev, de Oxford Economics.

¿UN GRAN AUMENTO?

Si bien el aumento de los rendimientos ha causado un alboroto en los mercados, los movimientos no son excesivos y pueden ser simplemente una reversión de retornos excesivamente bajos.

Los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años han subido 56 puntos básicos este año -a casi su mínimo histórico anterior a la pandemia-, mientras que los japoneses sólo han ganado 14 puntos básicos. Un bono alemán a 10 años aun le cuesta 25 puntos básicos a quienes invierten.

"Consideramos que el retorno de los rendimientos de los bonos desde los niveles ultrabajos hasta los aún bajos es una consecuencia, y no un obstáculo, de la fuerte recuperación económica y de las sólidas alzas de las ganancias empresariales en la mayor parte del mundo", dijo Holger Schmieding, economista de Berenberg.

Los responsables de la política monetaria también han restado importancia a los movimientos.

El presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, argumentó que el aumento de los rendimientos no era preocupante y no justificaba una respuesta de la Fed.

Por su parte, autoridades del BCE han dicho que algún aumento de los retornos es un reflejo de la mejora de los fundamentos y que no se fijarán en ningún nivel de rendimiento.

"No creo que el Banco de Japón esté demasiado preocupado por la reciente subida de los rendimientos", dijo Tomoyuki Shimoda, exejecutivo del Banco de Japón y profesor de la Universidad de Hitotsubashi. "El Banco de Japón tiene mucho margen para aumentar las compras si es necesario. Puede frenar al 100% las subidas de rendimiento no deseadas".

(Reporte de Balazs Koranyi en Francfort, Howard Schneider en Washington y Leika Kihara en Tokio; Editado en español por Javier López de Lérida)

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ANÁLISIS-Los bancos centrales ignorarán sin problemas a los agoreros de la inflación

Por Balazs Koranyi, Howard Schneider y Leika Kihara

FRANCFÓRT, 1 mar (Reuters) - Los mayores bancos centrales del mundo vivirán tranquilos con una mayor inflación y los inversores que ahora apuestan agresivamente por un fin más rápido del estímulo monetario podrían equivocarse.

Tras una década de subestimar la inflación, los bancos centrales de Estados Unidos, Europa y Japón tienen todas las razones para mantener abierto el flujo de dinero y los gobernadores están incluso revisando sus propias reglas para poder dejar que el crecimiento de los precios supere sus objetivos.

En todo caso, es más probable que los bancos centrales aumenten el estímulo, especialmente en la zona euro, manteniendo los costos de los préstamos bajos e ignorando a los agoreros de la inflación, al menos hasta que el crecimiento vuelva a ser como antes de la pandemia por un buen tiempo.

El Banco de la Reserva de Australia ya ha puesto en marcha una operación sorpresa de compra de bonos, mientras que el Banco Central Europeo ha advertido repetidamente a los inversores que no suban demasiado los rendimientos, a menos que quieran luchar contra su arsenal de 1 billón de euros.

El argumento que subyace a la advertencia sobre la inflación es que, una vez que las economías se reabran, el estímulo masivo de los gobiernos se combinará con la demanda reprimida de los consumidores, desatando una presión sobre los precios impulsada por el gasto que no se había visto en décadas.

Aunque hay importantes economistas en ambos bandos del debate, las voces que realmente cuentan parecen restar importancia a la amenaza.

"La dinámica de la inflación cambia con el tiempo, pero no cambia en un instante", dijo el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell. "No vemos realmente cómo un estallido de apoyo fiscal o de gasto [...] que no dure muchos años cambiaría realmente esas dinámicas de inflación".

Incluso si la inflación se acelera, un gran "si" dado que todos los grandes bancos centrales están por debajo de su objetivo del 2%, endurecer la política monetaria demasiado rápido se considera un mal mayor que moverse demasiado lento.

En primer lugar, gran parte del aumento de la inflación es temporal, impulsado por el repunte del petróleo, las medidas de estímulo puntuales y el efecto base del hundimiento de los precios de hace un año. Por tanto, no es el tipo de inflación sostenida que buscan los responsables económicos.

El endurecimiento de la política también podría ahogar el crecimiento, un error costoso cuando decenas de millones de personas siguen sin trabajo tras la mayor crisis económica en tiempos de paz en un siglo. En el peor de los casos, el aumento de los costos de los préstamos podría incluso suscitar problemas de sostenibilidad de la deuda, especialmente en el sur de Europa, muy endeudado, y en los mercados emergentes.

Por último, tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo endurecieron su política demasiado rápido en la última década, lo que les obligó a dar un giro que dañaría su credibilidad y que ahora quieren evitar.

EMPLEO

El mensaje de la Reserva Federal ha sido uniforme y enfático: sus compras de bonos por valor de 120.000 millones de dólares mensuales no cambiarán hasta que la economía se haya recuperado, y cualquier aumento real de las tasas de interés está aún lejos.

El Banco de Japón y el BCE están enviando mensajes similares: no habrá una reversión del estímulo durante mucho tiempo, posiblemente en años.

Su principal preocupación es el empleo.

Todavía hay un agujero de 10 millones de puestos de trabajo en la economía estadounidense, mientras que la tasa de desempleo de la zona euro se mantiene artificialmente baja gracias a los subsidios de los gobiernos, lo que apunta a una enorme capacidad ociosa.

La Reserva Federal ya está poniendo un mayor énfasis en la creación de empleo, sobre todo para las familias de bajos ingresos, y se comprometió explícitamente el año pasado a dejar que la inflación supere su objetivo tras períodos de crecimiento de precios excesivamente bajos.

Si bien el BCE y el Banco de Japón no tienen mandatos en materia de empleo, las revisiones del marco de política monetaria que se están llevando a cabo podrían hacer más hincapié en las consideraciones sociales, especialmente en el empleo.

El BCE ya está debatiendo la conveniencia de dejar que la inflación se dispare, lo que indica que el recalentamiento del mercado laboral no desencadenará por sí solo medidas de política monetaria.

"Los mercados laborales tienden a ir seis meses por detrás de la actividad real, y es posible que veamos una oleada de fusiones, quiebras y despidos", dijo Tamara Basic Vasiljev, de Oxford Economics.

¿UN GRAN AUMENTO?

Si bien el aumento de los rendimientos ha causado un alboroto en los mercados, los movimientos no son excesivos y pueden ser simplemente una reversión de retornos excesivamente bajos.

Los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años han subido 56 puntos básicos este año -a casi su mínimo histórico anterior a la pandemia-, mientras que los japoneses sólo han ganado 14 puntos básicos. Un bono alemán a 10 años aun le cuesta 25 puntos básicos a quienes invierten.

"Consideramos que el retorno de los rendimientos de los bonos desde los niveles ultrabajos hasta los aún bajos es una consecuencia, y no un obstáculo, de la fuerte recuperación económica y de las sólidas alzas de las ganancias empresariales en la mayor parte del mundo", dijo Holger Schmieding, economista de Berenberg.

Los responsables de la política monetaria también han restado importancia a los movimientos.

El presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, argumentó que el aumento de los rendimientos no era preocupante y no justificaba una respuesta de la Fed.

Por su parte, autoridades del BCE han dicho que algún aumento de los retornos es un reflejo de la mejora de los fundamentos y que no se fijarán en ningún nivel de rendimiento.

"No creo que el Banco de Japón esté demasiado preocupado por la reciente subida de los rendimientos", dijo Tomoyuki Shimoda, exejecutivo del Banco de Japón y profesor de la Universidad de Hitotsubashi. "El Banco de Japón tiene mucho margen para aumentar las compras si es necesario. Puede frenar al 100% las subidas de rendimiento no deseadas".

(Reporte de Balazs Koranyi en Francfort, Howard Schneider en Washington y Leika Kihara en Tokio; Editado en español por Javier López de Lérida)

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ANÁLISIS-La caída de los bonos se convierte en un dolor de cabeza real para los bancos centrales

Por Dhara Ranasinghe y Sujata Rao

LONDRES, 24 feb (Reuters) - Los rendimientos de la deuda pública ajustados a la inflación están subiendo, al igual que la presión para que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) frenen de alguna manera el alza antes de que frustre una recuperación económica que han alimentado cuidadosamente con enormes cantidades de dinero fresco.

Los rendimientos soberanos han subido este año debido a que las perspectivas de estímulo fiscal en Estados Unidos y la puesta en marcha de la vacuna para el COVID-19 elevan las perspectivas de crecimiento e inflación, un fenómeno que ahora se ha trasladado a los llamados rendimientos reales, es decir, los costos de los préstamos ajustados a la inflación.

Hasta hace poco, los mercados bursátiles ignoraban la caída de los precios de los bonos, posiblemente por considerarla una señal tranquilizadora de recuperación económica, pero el sutil cambio que se está produciendo ahora no será del agrado de ellos ni de las autoridades de políticas monetarias.

Los rendimientos reales de los bonos del Tesoro estadounidense a 30 años subieron el viernes por encima del 0% por primera vez desde junio y los retornos reales a 10 años subieron 20 puntos básicos (pb) la semana pasada.

La venta de papeles se ha extendido incluso a Europa, a pesar de su lenta recuperación y de la débil inflación. Alemania registró la semana pasada un aumento de 26 puntos básicos en el rendimiento real a 10 años, el mayor en casi un año.

Peor aún, el aumento de la rentabilidad real está superando a la nominal tanto en Alemania como en Estados Unidos. Básicamente, las expectativas del mercado sobre la inflación futura están cayendo al mismo tiempo que aumentan los costos de los préstamos.

El resultado es un endurecimiento de las condiciones financieras, algo negativo para el crecimiento económico.

"Si yo fuera un funcionario a cargo, estaría muy preocupado", dijo Charles Diebel, jefe de renta fija de Mediolanum International Funds. "Si los rendimientos reales suben lo suficiente, de repente hay un endurecimiento muy importante de las condiciones financieras y toda la relajación, monetaria y fiscal, se queda en nada".

Esto puede estar ocurriendo ya. Un índice de condiciones financieras globales elaborado por Goldman Sachs ha alcanzado su nivel más alto en un mes.

Un índice de liquidez de CrossBorder Capital tiende a caer 12 puntos por cada aumento de 100 puntos básicos en los rendimientos reales, según el director gerente de la consultora, Michael Howell.

Por lo tanto, el movimiento de este año implica una disminución de la liquidez de 2,5 billones de dólares, o alrededor del 1,5%, según las estimaciones de Howell.

La jefa del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, habló el lunes sobre el tema, diciendo que estaba "vigilando de cerca" la subida. El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha prometido que las políticas expansivas se mantendrán durante "algún tiempo".

Los rendimientos reales son importantes porque, a diferencia de los nominales, representan el costo real del capital y, por lo tanto, tienen un mayor impacto en los costos de los préstamos para los gobiernos, las empresas y los hogares.

También determinan la prima que ganan los inversores por mantener la renta variable frente a la renta fija: Un salto de 100 puntos básicos en el rendimiento real fue lo que alimentó el "malestar" del mercado en 2013.

Esto puede explicar por qué el S&P 500 registró el lunes la mayor racha de pérdidas desde el pasado febrero y el bitcóin ha bajado un 12% esta semana.

"El movimiento de los rendimientos reales va a ser un verdadero reto en este entorno de mercado, especialmente en algunas de las clases de activos más arriesgadas, donde vimos que los bajos rendimientos reales se utilizaron como justificación para valoraciones muy altas", dijo Ross Hutchison, un gestor de fondos de Aberdeen Standard Investments.

Los mercados parecen reacios a aceptar garantías.

Los comentarios de Lagarde no impidieron que los retornos de la zona del euro siguieran subiendo el martes, mientras que los costos de endeudamiento de Nueva Zelanda aumentaron a pesar de las palabras del banco central en la reunión de política monetaria del miércoles.

"SUFRIMIENTO REAL" PARA EL BCE

Por supuesto, los rendimientos reales siguen siendo bajos y es posible que la subida no se mantenga, ya que la inflación sigue estando latente en la mayoría de las grandes economías.

La Fed puede al menos consolarse con las señales de recuperación económica de Estados Unidos, pero el BCE tiene claros motivos para preocuparse.

Mientras los analistas suben sus expectativas de crecimiento para Estados Unidos, la Comisión Europea ha recortado las suyas para la zona euro este año al 3,8% desde el 4,2%.

La cuestión es qué podrían hacer los bancos centrales.

Podrían ampliar la compra de bonos o adoptar el control de la curva de rendimiento, es decir, fijar los rendimientos de los bonos de un determinado vencimiento.

El estratega jefe de Danske Bank, Piet Haines Christiansen, dice que el BCE podría contener el aumento de los rendimientos reales intensificando el ritmo de las compras de activos. De su programa de compra de bonos de emergencia de 1,85 billones de euros, ha usado hasta ahora 855.000 millones de euros.

Christiansen sostiene que no tiene claro si el aumento de los rendimientos reales, que él mide utilizando la tasa swap del euro a cinco años, irá a más, ya que espera que el BCE intervenga.

"Pero desde una perspectiva de riesgo, si esto se transmite a la economía real, lo que acabará ocurriendo si esto no es contrarrestado por el BCE, el banco central tendrá que hacer aún más", dijo.

En última instancia, el BCE podría tener que seguir a la Reserva Federal en la revisión de su marco de objetivo de inflación, aclarando esencialmente que mantendrá una política expansiva incluso si la inflación supera los objetivos, según el asesor económico jefe de Morgan Stanley, Reza Moghadam.

(Reporte de Dhara Ranasinghe y Sujata Rao; Editado en español por Javier López de Lérida)

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